Imagina que vas por la autopista sin preocuparte por nada. La carretera abierta es refrescante y los kilómetros pasan volando. Tal vez se enciende la luz de comprobación del motor, pero eso es sólo una casualidad. Se apagará por sí sola. Entonces los frenos empiezan a chirriar, pero no hay que preocuparse por ello (en realidad no es tan fuerte, basta con encender la radio). Te das cuenta de que el volante no gira tan fácilmente como antes, pero no pasa nada porque la carretera es casi siempre recta.
Entonces, de repente, estás en el arcén y el capó echa humo. Lo que parecía un pequeño problema se ha convertido en una costosa e incómoda reparación.
La clave para evitar esta situación es prestar atención a los pequeños detalles. Aquí tienes siete señales que indican que tu vehículo requiere un viaje al taller mecánico:
- Disminución del kilometraje de la gasolina: Una disminución repentina en el kilometraje significa que algo no está funcionando correctamente. Esto podría ser causado por cualquier cosa, desde los niveles bajos de aceite a una fuga de gas.
- Sacudidas: Algunas vibraciones en su coche son normales. Unas vibraciones excesivas e incesantes no lo son. Esto podría deberse a una alineación defectuosa de las ruedas, que puede causar más daños si no se repara.
- Volante ruidoso: Chirridos, rechinidos o rigidez al girar el volante son señales de un problema. La causa más probable es un nivel bajo de líquido de dirección asistida.
- Fugas de líquidos: Todos los líquidos deben permanecer dentro del vehículo. Si ves manchas debajo de tu coche, algo va mal.
- Frenos ruidosos: Si notas un fuerte ruido de chirrido cuando pisas el freno, vete directamente al mecánico. Esto suele significar que necesita pastillas de freno nuevas.
- Cambio de marchas lento: Al cambiar de marchas, la respuesta de tu vehículo debe ser inmediata. Una pausa entre los cambios podría significar problemas con la transmisión. Una sacudida abrupta al cambiar de estacionamiento a conducción también indica un problema con la transmisión.
- Emisiones de escape: Un olor penetrante, como de huevo, que sale del escape podría indicar un convertidor catalítico sucio u obstruido. Si se emite humo negro, es probable que el sensor de O2 esté obstruido.
No te confíes, o estos inconvenientes menores pueden conducir a problemas mayores en el futuro.