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Al comienzo de una jornada de trabajo, los conductores pueden estar ansiosos por salir a la carretera y apresurarse o no completar las inspecciones previas al viaje. Esto puede llevar a un aumento de los fallos del vehículo y a un mantenimiento reactivo del mismo. Pero, ¿qué ocurre cuando los conductores realizan inspecciones exhaustivas y comunican los problemas del vehículo al gestor de flotas pero son ignorados?
Es comprensible que los gestores de flotas no actúen ante cada informe de un vehículo. Estás ocupado gestionando decenas o miles de vehículos, siguiendo un presupuesto a menudo ajustado y probablemente siguiendo un estricto programa de mantenimiento. Sin embargo, optar por ignorar los problemas de los vehículos puede tener un enorme impacto negativo en la flota.
Estos impactos potenciales en su flota son los siguientes:
1. Impacto en la seguridad
En primer lugar, un activo mal mantenido puede ser inseguro para los empleados. Un vehículo puede funcionar mal o sufrir una avería inesperada y puede provocar un accidente, que puede dañar al conductor o a la parte implicada y dañar el vehículo. Por ejemplo, el 43% de los accidentes de vehículos están relacionados con el fallo de los neumáticos y podrían haberse evitado con un mantenimiento adecuado.
Cuando un nuevo activo de la flota requiere mantenimiento, a veces la mentalidad del gestor de la flota es que se trata de un activo nuevo, por lo que no puede estropearse. Aunque los problemas de mantenimiento son cada vez más comunes con la edad de los vehículos, los problemas pueden seguir estando presentes en los vehículos nuevos y no deben descartarse.
Cuando los empleados son enviados a la carretera con vehículos que no cumplen con las regulaciones de vehículos, la administración está impactando la seguridad de los empleados y de los vehículos y aumentando la probabilidad de un accidente.
2. Mayor riesgo y responsabilidad
En segundo lugar, retrasar las reparaciones de los vehículos puede suponer un riesgo para los gestores de la flota y para la flota en su conjunto. Si un empleado está involucrado en un accidente, una de las partes (el propio conductor o la otra parte involucrada) puede demandar a la administración por negligencia. Los gestores de flotas podrían ser considerados responsables por el mantenimiento negligente de un vehículo, por la contratación o retención, por el préstamo de un vehículo o por la responsabilidad del superior. Lo que puede haber comenzado como un problema menor de mantenimiento del vehículo puede resultar en un problema financiero y legal mayor para la flota.
3. Costes astronómicos
Aunque prolongar el mantenimiento del vehículo puede ahorrar dinero a corto plazo, los costes pueden ser astronómicos a largo plazo. El tiempo de inactividad inesperado puede costar a las flotas una media de hasta 700€ por vehículo y día, lo que es significativamente más alto que el coste de las reparaciones de mantenimiento más comunes, como se muestra en la siguiente tabla. Además, las flotas que reciben infracciones de inspección, reparación y mantenimiento tienen que pagar una multa media de 3.000€.
Cuando los vehículos de la flota se ven implicados en accidentes, el coste puede ser aún más impactante. De media, un accidente cuesta a las flotas 15.000€. Los accidentes de flotas que implican una lesión pueden costar a las flotas 70.000€ o los que implican una muerte pueden costar 450.000€. Si el accidente desemboca en un juicio, los gastos legales pueden aumentar aún más la factura de la flota.
Los beneficios a corto plazo para la flota que se obtienen al prolongar el mantenimiento de los vehículos claramente no compensan el impacto en la seguridad, el elevado riesgo o los altos costes. En caso de duda sobre el mantenimiento, ve siempre a lo seguro y soluciona el problema del vehículo.