¿Cuántas veces te has parado en un cruce esperando a que el semáforo se ponga en verde y te das cuenta de que el conductor que está a tu lado está hablando o enviando mensajes de texto por el móvil? La llegada de las primeras leyes sobre distracciones en la conducción hizo que muchos conductores simplemente ocultaran el dispositivo en su regazo para evitar ser detectados. El resultado más probable es que el conductor, que no está prestando atención al semáforo en este caso, se lo salte o bien no se entere cuando cambia la luz de intermitente a verde.
La siguiente acción previsible es que el conductor o conductores que van detrás de estos conductores empezarán a tocar el claxon en un intento desesperado de que vuelva a la realidad y preste atención.
El conductor distraído no está prestando atención a las acciones de otras personas, incluidos los peatones y ciclistas que también pueden estar hablando y/o enviando mensajes de texto mientras se dirigen a una intersección peligrosa.
Estos son los ingredientes perfectos para una tragedia, que ocurre con demasiada frecuencia.
Utilizar el teléfono para hablar, enviar mensajes de texto, consultar el mapa o elegir una lista de reproducción mientras estás al volante se considera conducción peligrosa, y te pone a ti y a otras personas con las que compartes la carretera en peligro.
No importa si estás en una autopista o parado en un semáforo en rojo, las distracciones en la conducción te acabarán causando algún disgusto… ¡es sólo cuestión de tiempo!
La forma más fácil de evitar este tipo de sanciones por distracciones en la conducción es simplemente no utilizar un dispositivo en la mano cuando estás al volante.
Puede haber tres tipos principales de distracción:
- Una distracción visual en la que acabas apartando los ojos de la carretera.
- Una distracción manual en la que acabas quitando las manos del volante para realizar una función específica.
- Una distracción cognitiva en la que acabas apartando tu mente de lo que estás haciendo.
Yo llamo a esto mirar, pero no ver, o también conocido como «el síndrome del ciervo en el faro».
Una distracción en la conducción es cualquier actividad no relacionada con la misma que se realiza mientras se maneja un vehículo. Estas actividades pueden distraerte de tu tarea principal de conducir, lo que se traduce en un mayor riesgo de accidente.
Los conductores de todas las edades están utilizando una variedad de dispositivos, como teléfonos móviles, reproductores de mp3, asistentes digitales personales o dispositivos GPS, cuando están ante el volante.
Las estadísticas de accidentes han demostrado claramente que el uso del teléfono móvil mientras se conduce, ya sea un dispositivo de manos libres o de mano, perjudicará tu capacidad para conducir con seguridad. Es más probable que se pierdan las señales visuales y/o auditivas necesarias para evitar un accidente. Los dispositivos de mano pueden ser ligeramente peores, pero está claro que los dispositivos de manos libres no están libres de riesgos.
Las nuevas multas y sanciones son ya más severas en muchos países con el objetivo de hacer más seguras las carreteras para todos los conductores que circulan por ellas.